Cuando los arquitectos diseñan orquídeas

En VisualARQ nos gusta la arquitectura integrada en la naturaleza pero hoy damos un paso más allá y llegamos a la arquitectura que emula el funcionamiento de la naturaleza.
VisualARQ analiza un diseño Rhino en el Jardín Botánico VanDusen

VisualARQ analiza un diseño Rhino en el Jardín Botánico VanDusen. Perkins+Will

Una planta es un ser vivo que se alimenta del sol, del agua y de los nutrientes del suelo. Un edificio es un ser vivo que para ser habitado requiere luz, agua y los materiales de su entorno. Esta mímesis alcanza el máximo nivel en el Centro de Visitantes del Jardín Botánico VanDusen en Vancouver. No es sólo una cuestión de forma sino del ciclo completo de sostenibilidad. Es el primer edificio en Canadá que fue diseñado bajo los parámetros fijados para la obtención del máximo certificado de edificación sostenible, el LEED Platino (Leadership in Energy & Environmental Design) y con la intención de optar al Living Building Challenge. Es una obra del estudio Perkins + Will, fundado en 1935 en Chicago y que hoy tiene más de 1.500 colaboradores y 20 oficinas. En el año 2011 recibieron el encargo de insuflar nueva vida a un jardín botánico que había sido creado en 1975 en los antiguos terrenos de un club de golf. El trabajo bajo la dirección del arquitecto Peter Busby consistiría en crear un nuevo centro de visitantes que no sólo acogiera las actividades administrativas, comerciales y formativas sino que representase la esencia misma de la naturaleza reflejada en el jardín. Si la finalidad de un jardín botánico es la preservación de las especies, la finalidad del VanDusen Visitor Centre debía ser preservar otra forma de riqueza natural, la energía. En primer lugar, observamos una construcción cuya parte oriental está rodeada parcialmente de muros ondulados de cemento y tapial en lo que hay diversas entradas en las paredes de madera curva para acceder al interior.
El edificio está rodeado de muros ondulados de tapial.

El edificio está rodeado de muros ondulados de tapial. Perkins+Will

La fuente de inspiración para el diseño formal fue una orquídea propia de la zona, cuyos seis pétalos forman el tejado. De esta flor sobresale una estructura cónica que desempeña un papel muy importante más allá de la estética y cuyo misterio descubriremos más tarde. En un punto del tejado, la curva de un pétalo llega hasta el suelo y sirve de pasarela para que los insectos y otros diminutos animales alcancen la parte superior acarreando semillas. Así, la propia naturaleza se encargará de reconquistar su espacio y cubrir el tejado de la falsa orquídea con nueva flora, como sucede en cuatro de los pétalos. Primer ejemplo de sostenibilidad: la vegetación desplazada por el edificio volverá a ocupar el lugar.
El óculo acristalado sobresale del tejado como un pistilo de una orquídea.

El óculo acristalado sobresale del tejado como un pistilo de una orquídea. Perkins+Will

En el quinto pétalo se esconden los tubos de agua que la energía solar calienta y el sexto tiene una forma cóncava para recoger agua de lluvia. Segundo ejemplo de sostenibilidad: aprovecha las fuentes energéticas que la naturaleza te regala.
Los pétalos del tejado son de paneles de aluminio.

Los pétalos del tejado son de paneles de aluminio. Perkins+Will

La ondulación de los pétalos del tejado se consigue con paneles de 4 x 20 metros que se curvan respecto a sus tres ejes y para un diseño de esta complejidad la herramienta utilizada fue Rhino. La fabricación de los paneles fue después relativamente sencilla utilizando tecnología BIM, como ya hemos visto en otros casos de diseños orgánicos. Durante el invierno, la grúa más grande de Vancouver colocó los paneles prefabricados que incorporaban todos los elementos eléctricos, aislantes, aspersores, etc. Hacia el oeste, se obtienen las mejores vistas del jardín así que se construyó un voladizo para hacer más confortable su contemplación.
El voladizo se extiende hacia el lugar con las mejores vistas del jardín botánico.

El voladizo se extiende hacia el lugar con las mejores vistas del jardín botánico. Perkins+Will

El Living Building Challenge impone unos requisitos estrictos que incluyen la exigencia de que los recursos deban obtenerse in situ lo que, en apariencia, podría resultar complicado en muchas ciudades. En el jardín botánico VanDusen tenemos la prueba de que no lo es. Detrás de la belleza de la forma se esconde el secreto de la sostenibilidad de un edificio ecológicamente impecable que demuestra que aunque no exista una ubicación perfecta para aprovechar de los recursos naturales, la imaginación hace que cualquier lugar sea idóneo para conseguirlo. Vancouver no es conocida precisamente por contar con abundancia de luz solar pero allí se ha construido este edificio completamente autosuficiente y que tiene un saldo 0 de energía anual y neutraliza totalmente su huella de carbón.
El programa Rhino es el idóneo para recrear las formas orgánicas.

El programa Rhino es el idóneo para recrear las formas orgánicas. Perkins+Will

Empecemos por el agua. Uno de los pétalos del tejado recoge el agua de la lluvia y se convierte en el agua gris para utilizar en los cuartos de baño del centro de visitantes. En cuanto a las aguas negras, se llevan a un birreactor existente en el propio jardín, después pasan a un campo de filtrado y finalmente acabarán en el subsuelo del jardín. ¿Recuerdan el armonioso pétalo que descendía desde el tejado hasta suelo? Tan poética imagen esconde las tuberías de aguas negras que salen del edificio. Para la obtención de energía se juega con varias bazas, como los pozos geotérmicos y los paneles fotovoltaicos. Los paneles están colocados en el aparcamiento y producen 11.000 kwh y cubren una cuarta parte de sus necesidades. También hay 400 tubos de agua caliente en un extremo del tejado y en un edificio junto al centro del visitante. El sol calienta el agua que alimenta un sistema de calefacción radiante bajo el suelo del edificio y, lo que es más interesante, se dirige también a 52 perforaciones a 60 metros de profundidad que se distribuyen aleatoriamente por los alrededores. Como el agua se mantiene a unos 20 ºC, durante el invierno las perforaciones permiten que se caldee la zona antes de entrar en el centro de visitantes y en verano que se refresque.
El óculo visto desde el atrio del centro de visitantes del jardín VanDusen.

El óculo visto desde el atrio del centro de visitantes del jardín VanDusen. Perkins+Will

Gracias a estos sistemas, el edificio obtiene más calefacción de la que necesita y puede permitirse intercambiar la sobrante por la electricidad que le cede un restaurante vecino. Recordemos que la obtención de energía in situ era uno de los requisitos de la certificación Living Building Challenge que estaba en la mira de este proyecto. Y llegamos al gran óculo acristalado que emergía como un gran pistilo entre los pétalos de la orquídea que forma el tejado. Lo que vemos desde el exterior es cristal pero debajo hay un gran cono de aluminio que actúa como un radiador térmico. En la parte superior el diámetro es de 3 metros y en la inferior se amplía hasta los 4,5 metros, formando un gran atrio. No tiene un color homogéneo, observamos un tono anaranjado que refleja también la madera del interior del edificio. En la parte inferior la superficie es más oscura. ¿A qué se debe la forma y el color? A la utilización eficiente de la luz y el calor solar.
Detalle de los colores del óculo y del revestimiento de madera

Detalle de los colores del óculo y del revestimiento de madera. Perkins+Will

Cuando los rayos del sol alcanzan la superficie de aluminio la calientan y el aire caliente asciende. De esta manera se refresca la parte inferior, es decir, la sala. Por eso el color es más oscuro en la base; hasta allí sólo llega el sol en verano. En esta estación se abren unas ventanas para obtener ventilación cruzada. Además, el aluminio tiene perforaciones para aumentar la superficie de acción. Cuando el diseño de un edificio se centra en la sostenibilidad, es de vital importancia la elección de los materiales. Este aspecto ha requerido la completa implicación de los proveedores que han modificado sus materias primas y procesos para poder conseguir el objetivo. Se sustituyeron los materiales que no entraban dentro de los estándares de sostenibilidad en todo el proceso. Los tubos de drenaje no son de PVC sino de polietileno de alta densidad y de ABS (acrilonitrilo butadieno estireno), con miles de perforaciones hechas a mano. En las juntas se ha utilizado neopreno en lugar de silicona y cambios similares se han realizado en toda la construcción. La madera es la protagonista principal del edificio y en el tejado encontramos también glulam con certificación FSC que ya hemos visto en otros proyectos. Además de aprovechar los recursos de la zona, se han reutilizado elementos, como sucede en el caso de los bancos y puentes del jardín, que se han realizado aprovechando madera del antiguo edificio. Su utilización en este proyecto le hizo merecedor del premio Wood Innovation. Otros aspectos, como el diseño o la sostenibilidad le permitieron también obtener ser finalista en premios de alto nivel y recibir galardones como el Engineering Awaard (otorgado por World Architecture News) o el Lieutenant-Governor of British Columbia Merit Award (concedido por el Instituto de Arquitectura de la Columbia Británica). Son, sin duda, premios muy destacados, pero creemos que el mejor reconocimiento que ha recibido el Jardín Botánico VanDusen es que las parejas deseen celebrar allí su boda. Y que, entre las azaleas y las peonías que aparezcan en las fotos de un día inolvidable, encaje a la perfección una falsa orquídea que curva sus pétalos armoniosamente.
VisualARQ examina las formas orgánicas de este diseño arquitectónico en Canadá.

VisualARQ examina las formas orgánicas de este diseño arquitectónico en Canadá. Perkins+Will

  • Fuente: Perkins+Will
  • Arquitecto Director: Peter Busby
  • Superficie: 1.765 m²
  • Ubicación: VanDusen Botanical Garden, Vancouver (Canadá)
(Artículo de M.A. Núñez)