Un pez arquitectónico con un toque de Rhino

En VisualARQ creíamos que con un animal, Rhino, teníamos suficiente pero en las costas de Corea del Sur hemos descubierto las maravillas de los océanos y hemos añadido un pez. No sabemos si es una ballena, un delfín o una especie por descubrir pero, con toda seguridad, es un pez arquitectónico. ¿La prueba? Es un diseño Rhino y tiene branquias. Compruébalo. Animaciones renderizadas por soma/isochrom Es obra del estudio soma architecture que está ubicado en Austria y, aunque ese hermoso país carece de mar, el equipo compuesto por Stefan  Rutzinger, Kristina  Schinegger,  Martin  Oberascher y Günther  Weber ha conseguido captar la esencia de una criatura marina con su Pabellón Yeousu. La Exposición Universal que se celebró en la ciudad coreana de Yeosu tuvo como lema “Por unos océanos y costas vivas: diversidades de los recursos y las energías renovables”. La interpretación que hizo soma architecture les hizo ganadores del primer premio del concurso internacional y por tanto les concedió vía libre para crear el Pabellón Temático. No se trataba de una construcción temporal sino que debía convertirse en un equipamiento educativo permanente al servicio de la ciudad. Es importante reseñarlo porque la temporalidad permite experimentos que la duración excluye. La finalidad de este tipo de pabellones es acoger exposiciones, salas de reuniones y, con suerte, un espacio para el descanso o el ocio. Como arquitecto, tu opción puede ser que el contenido de estas instalaciones sea el que defina el uso del edificio y concentrarte en aportar funcionalidad. El camino que siguió soma architecture va contracorriente. Hizo que el propio diseño del edificio hablase del tema, “océanos y costas vivas y su relación con la sostenibilidad”.   Los autores partieron de la visión del mar como un elemento inmenso en superficie y de gran profundidad. Esta dualidad ha dado lugar a un diseño en el que las superficies mutan, de horizontales a verticales,  y por consiguiente, los espacios interiores se redefinen. Este proyecto no tiene un elemento constructivo clave, sino dos: los conos y la fachada. Empecemos por los conos. Son los responsables de las superficies verticales que hemos comentado, aparecen tres veces, en diferentes tamaños, y estas figuras geométricas son las que acogen los espacios expositivos. Entre ellos surgen las superficies horizontales, destinadas a la recepción y a una zona polivalente. La alternancia de la orientación de las superficies incorpora profundidad. Los espacios entre los conos están orientados de forma que coincidan con la dirección más habitual que tiene el viento de la zona. Esta impresión de profundidad se ve reforzada a medida que el visitante se adentra en el Pabellón. Llega, en primer lugar, a dos zonas formada por conos con una altura de 6 m. Avanza confiado y se topa con otro espacio, descomunal por el contraste, con una altura de 20 m  y una superficie de 1.000 m². Recordemos que el mar, su extensión y profundidad, fue el punto de partida de este diseño. La segunda planta está ocupada por una amplia sala. Al finalizar la visita, llega el momento del relax. Bien en una cafetería, mirando el océano, o tomando un ascensor para ascender al tejado que está lleno de vida. La de la vegetación que crece ahí y la que aportan las personas que pasean por él, disfrutando de una panorámica de 360º. Después del ascenso realizado desde el interior llega el momento de la partida, descendiendo desde el exterior, mediante una rampa que llega hasta la plaza. La alternancia de superficies volvemos a encontrarla también en la apariencia exterior. El edificio tiene tres caras, la que da frente al mar tiene perfiles suaves y ondulados, como la costa. La cara opuesta se une al terreno mediante un camino que desciende del tejado ajardinado. La entrada se abre sobre Ocean Plaza y proyecta una sombra sobre la misma. Mar, campo y ciudad. El otro elemento definitorio del edificio es la fachada. Una fachada viva. Donde nosotros hemos visto branquias habrá quien sólo vea láminas de polímeros reforzadas con fibra de vidrio (GFRP). En cualquier caso, a través de ellas este organismo cobra vida cuando dejan entrar la luz solar en el interior. El ondulante diseño de la fachada implica que su altura varía, la máxima es de 13 m y la mínima de sólo 3 m.  Para que las 108 láminas puedan oscilar, únicamente están sujetas a los bordes superior e inferior. Sólo necesitan que unos servomotores computarizados,  alimentados con energía solar, las agiten. Este falso oleaje sobre una fachada de 140 m crea un efecto oceánico innegable. Animaciones renderizadas por soma/isochrom La flexibilidad del material de las láminas, su diferente longitud (y, por tanto, diferente espacio de apertura) y el hecho de que cada una de ellas se mueva individualmente consiguen que el revestimiento de la fachada esté vivo, como el mar.  Este paralelismo deriva de la aplicación arquitectónica de las investigaciones en movilidad y biología realizadas por el ITKE de la Universidad de Stuttgart. Para la aplicación de estos innovadores conceptos en la fachada, soma architecture  contó con la participación de Knippers Helbig Advanced Engineering. Por todo ello, en VisualARQ nos ha encantado este trabajo y lo añadimos a nuestras fachadas favoritas. Cuando ya no hay rayos de sol que atraviesen las láminas, llega el momento de activar la luz de los LED que tienen incorporadas. Pero el sol sigue siendo el protagonista porque la energía que ha proporcionado durante el día se concentra y distribuye mediante los paneles solares colocados en el tejado. Una  elección inevitable tratándose de un pabellón que ha nacido para promover la sostenibilidad. Animaciones renderizadas por soma/isochrom La utilización del software Rhino ha permitido la creación de este complejo diseño. Replicar un movimiento tan engañosamente simple como las ondulaciones de las olas y crear un proyecto con esta variedad de superficies, requiere una idea clara del efecto a conseguir y una herramienta sofisticada que permita crearlo, tanto si hablamos de curvas sencillas, NURBS o diseño paramétrico. Lo más importante es que este proyecto nació para representar el concepto de “Por unos océanos y costas vivas: diversidades de los recursos y las energías renovables” en el marco de una Exposición internacional pero no es un trabajo perecedero. No hablamos de la permanencia de la construcción física, sino de la vigencia del diseño. Compatibilizó ofrecer una respuesta a las necesidades inmediatas de aquel momento y a las futuras, que son las de hoy.  El lema que inspiró el edificio se ha convertido en su identidad: una arquitectura viva, diversa y sostenible. 

• Fuente: soma architecture
• Arquitectos: soma architecture (Lukas Galehr, Christoph Treberspurg, Alice Mayer, Victorie Senesova, Alex Matl, Karin Dobbler, Kathrin Dörfler, Raimund Krenmüller)
• Ubicación: Yeosu, Corea del Sur
• Superficie total: 6.900 m2
• Fachada cinética: Knippers Helbig Advanced Engineering

Síguenos en Facebook. (Artículo de M.A. Núñez)